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La razón principal de la Generación Z para llevar a cabo este comportamiento es sentir que tienen el control de su carrera profesional.

Numerosos estudios han demostrado que las nuevas generaciones están transformando las reglas del juego en el mundo laboral. Los empleados más jóvenes, incluidos los millennials (con edades entre los 44 y 28 años), se sienten cada vez más desconectados de sus trabajos y empresas, principalmente debido a diversas razones.

Se ha observado que a los trabajadores jóvenes les preocupa menos el salario y valoran más aspectos como la posibilidad de aprender constantemente y sentirse valorados en su trabajo. Además, no tienen reparos en denunciar públicamente las malas prácticas de sus superiores en redes sociales y priorizan su bienestar mental.

De acuerdo con la empresa Indeed, reconocida por sus estudios sobre el ambiente laboral, muchos jóvenes no se presentan a las entrevistas de trabajo y, lo que es aún más preocupante, no asisten a su primer día de trabajo después de ser seleccionados.

El ghosting, que inicialmente era un fenómeno relacionado con las relaciones personales, ahora se ha trasladado al ámbito laboral. En lugar de comunicar claramente su falta de interés en trabajar en determinado lugar, la Generación Z opta por evitar confrontaciones directas.

Según los datos recopilados por Indeed, la gran mayoría de los jóvenes prefieren desaparecer sin previo aviso en lugar de enfrentar la situación de manera directa. Un 93% de los jóvenes encuestados no se ha presentado a alguna entrevista de trabajo, mientras que un 87% no ha asistido a su primer día de trabajo, a pesar de haber pasado por un proceso de selección y haber firmado un contrato laboral.

Si bien este comportamiento es más común en la Generación Z, otras generaciones también son culpables en menor medida. Los boomers, la Generación X y los millennials también recurren al ghosting en ocasiones.

Aunque casi la mitad de los encuestados admiten planear volver a desaparecer en el futuro, los trabajadores de mayor edad suelen arrepentirse de sus acciones posteriormente. Por ejemplo, los millennials son más propensos a experimentar ansiedad después de realizar ghosting y les preocupa que esto afecte negativamente sus futuras oportunidades laborales.